Secuestro a la novia del Atlántico
Este post fue originalmente publicado por Natalie Ruiz Casado en El País de los Contrastes y en El Día y está siendo reproducido aquí como parte de una colaboración con la autora.
El Atlántico se quedará soltero, porque tengo planes de secuestrar a su hermosa novia Puerto Plata.
.
Cuatro días no fueron suficientes para conocer esa provincia. Sin embargo, fueron suficientes para reafirmar que este país, a pesar de sus contrastes, es maravilloso.
.
Desde el momento que abandoné la guagua para pisar por primera vez suelo puertoplateño, me contagié con el carisma y la solidaridad de su gente. Visitar la Catedral; tomar clases de surf en la escuela Pauhana de Playa Encuentro; sentarse en la playa Calle sin salida de Sosúa y ver el atardecer de julio; subir en el Teleférico y tomarse la foto con el Cristo; caminar por la playa de Cabarete abrazada por la luz de los bares y restaurantes; comer pizzas de Pomodoro; andar en motoconcho y voladoras; conocer personas como: el gran Héctor y el viejo Nagib; Chepe y sus tablas de surf; Jack y los balances de la vida; el sicario y su forma de manejar; los perros miembros del comité de acogida en el hotel Kaoba; conocer a Feliz, la niña surf que sabe tres idiomas con 7 años; Andrea, el italiano del Teleférico; Omar y su buen sentido del humor. Hablar con ellos, saber cómo piensan, conocer sus creencias y estilos hizo que esa experiencia se almacenara en mi memoria de largo plazo.
.
Sin embargo, hubo algo que me preocupó lo suficiente como para escribir este artículo. Los dominicanos, en su mayoría, no conocen su país.
.
Preguntarnos como individuos y como país lo que es la dominicanidad debe ser tarea urgente para definir lo que son nuestros valores. No se puede amar lo que no se conoce. Las actuales y futuras generaciones vienen con el sello made in cualquier país, menos RD. Por eso, el paradigma de desarrollo humano coloca en su debido lugar el respeto a lo que la gente es dentro de un entorno cultural y no por lo que tiene o consume.
.
Muchos de nuestros problemas sociales se deben a esta falta de identidad cultural. El complejo de Guacanagarix nos nubla la visión da fácil paso al pesimismo, el clientelismo, el caudillismo y la externalidad, y esto es una limitante en los esfuerzos de promover la identidad como país.
.
Muchos dominicanos piensan que lo de afuera es mejor que lo de adentro, pero si no conocen lo de adentro ¿cómo saben que lo de afuera es mejor?
Comentarios Conversa y debate junto a nosotros